Este principio enuncia que los períodos geológicos se pueden reconocer gracias a la flora y fauna fósil.
Los fósiles guía tienen cuatro características principales: una gran dispersión geográfica, periodo evolutivo corto, elevado número de individuos y fácil de reconocer.
Es un resto de origen orgánico que se ha conservado gracias a una petrificación geológica natural.
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