Las oraciones subordinadas adverbiales complementan al verbo de una oración o a toda la oración. Se dividen en dos grupos: las adverbiales propias (aquellas que pueden ser sustituidas por un adverbio de lugar, tiempo o modo), y las adverbiales impropias (que no pueden ser sustituidas por un adverbio).
Las subordinadas adverbiales propias pueden ser de tres tipos: de lugar (se pueden sustituir por un adverbio como «ahí»), de tiempo (se pueden sustituir por un adverbio como «entonces») y de modo (se pueden sustituir por un adverbio como «así»).
Las oraciones subordinadas adverbiales impropias no pueden ser sustituidas por un adverbio, pero sí por un complemento circunstancial. Dentro de esta categoría se distinguen subordinadas adverbiales condicionales, comparativas, consecutivas, concesivas, finales y causales.
En algunos casos, las subordinadas adverbiales impropias cumplen funcionan como complemento circunstancial (CC), y en otras, complementan a toda la oración principal (CO). A continuación, verás algunos ejemplos:
Las adverbiales propias pueden ser de tres tipos: de lugar (se pueden sustituir por un adverbio como «ahí»), de tiempo (se pueden sustituir por un adverbio como «entonces») y de modo (se pueden sustituir por un adverbio como «así»).
Las adverbiales impropias son aquellas que no pueden ser sustituidas por un adverbio.
Las adverbiales propias son aquellas que pueden ser sustituidas por un adverbio de lugar, tiempo o modo.
Beta
