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Motivación extrínseca e intrínseca

Motivación

La motivación representa las razones, intereses, factores o circunstancias que impulsan a alguien a actuar, comportarse, tomar una decisión o defender una opinión concreta, etc. La motivación también juega un papel crucial en el aprendizaje, puesto que los estudiantes motivados no tiran la toalla y aprenden de manera más eficiente y sostenida en el tiempo. Generalmente, se habla de dos tipos diferentes de motivación: la motivación extrínseca y la motivación intrínseca.

En ese artículo te enseñamos todo acerca de estos dos diferentes tipos de motivación, y cómo conseguir que te motives de manera intrínseca para lograr todo lo que te propongas.

Motivación extrínseca

¿Estudiarías para tu examen si la nota no contase? ¿No? Si tu respuesta ha sido negativa, tu motivación en esta área se consideraría extrínseca. La motivación extrínseca se refiere a que haces algo fundamentalmente impulsado por factores externos; es decir, por incentivos que provienen del exterior. Si realizas una tarea porque sabes que vas a recibir una recompensa, o reconocimiento de algún tipo, o qué así lograrás evitar un castigo, tu motivación para hacerla es extrínseca. Los incentivos externos pueden ser de muchos tipos: premios, dinero, halagos, presión de grupo, poder, influencia, aprecio, expectativas o miedo a las consecuencias. En suma, la motivación extrínseca es una especie de fuerza externa (se deba ya al deseo de una recompensa o al miedo al castigo) que te impulsa y te lleva a actuar y comportarte de una manera determinada.

Puedes recurrir a la motivación extrínseca cuando te toque realizar tareas que no te apetece hacer demasiado. Con la motivación extrínseca, puedes crear incentivos artificiales y objetivos que te motiven a completar tus obligaciones a pesar de no querer hacerlas. Por ejemplo, ponerte objetivos claros, recompensarte a ti mismo después de alcanzarlos y ser consciente de las consecuencias negativas de no hacerlo, puede ser un modo efectivo de motivarte para completar tareas desagradables.

No obstante, aunque parezca que la motivación extrínseca puede ayudarte en ciertos casos, has de tener cuidado. Si te dedicas a motivarte extrínsecamente con excesiva frecuencia, es posible que a la larga esto te haga infeliz y sientas que no encuentras motivos para hacer las cosas. Además, las acciones y comportamientos que llevas a cabo como consecuencia de la motivación externa no son sostenibles a la larga.

Motivación intrínseca

Podría decirse que la motivación intrínseca es lo contrario a la motivación extrínseca. Te hace más feliz a la larga y te ayuda a no tirar la toalla cuando las cosas se ponen difíciles. Pero ¿qué es exactamente la motivación intrínseca?

Cuando algo te gusta, no te cuesta nada hacerlo, ¿verdad? Esto se debe a la motivación intrínseca. Las pulsiones internas como necesidades u objetivos personales, tus propios intereses o la diversión, te llevan a actuar de una manera determinada. En otras palabras, te llevan a comportarte de una forma que tiene su origen y esencia en un deseo interno o una voluntad intrínseca. Es un tipo de motivación relacionado con el placer de aprender, la curiosidad y la creatividad. Este tipo de impulso, por tanto, proviene exclusivamente de uno mismo y no como consecuencia de factores externos tipo retribuciones económicas o reconocimiento social (como sucede con la motivación extrínseca).

La motivación intrínseca no solo te ayuda a realizar tus tareas más rápido, sino que además promueve tu deseo de aprender y mejora tu rendimiento. Este tipo de motivación hace que sea más sencillo superar problemas y obstáculos que puedan surgir, y te lleva a querer dedicar voluntariamente más tiempo y esfuerzo a la hora de realizar esa tarea. La motivación intrínseca te convierte en alguien más creativo, feliz y divertido, puesto que llevas a cabo la tarea de manera voluntaria y no sientes que se te está forzando a ello. Por esto, a la larga, la motivación intrínseca es la mejor manera de seguir feliz y motivado.

La motivación intrínseca te acompaña en diferentes momentos de tu día a día; por ejemplo, cuando practicas un hobby con pasión y dedicación. Pero también otras áreas de tu vida pueden verse afectadas positivamente por la motivación intrínseca.

  • Trabajo: mucha gente solo busca hacer carrera en una profesión debido al salario, y van a trabajar todos los días de manera forzosa. A la larga, esta ética de trabajo extrínsecamente motivada solo traerá grandes dosis de insatisfacción a la persona. Sin embargo, si has elegido una profesión que disfrutas y por la que tienes curiosidad e interés, no te resultará demasiado difícil levantarte por las mañanas e ir al trabajo, ya que tienes un interés genuino en el tema y consideras que puedes aportar a la materia con tu conocimiento y habilidades.

  • Estudio: Lo mismo es aplicable al área del estudio. Si aprendes una asignatura simplemente para aprenderla, el efecto a largo plazo es nulo. Si, en cambio, estás personalmente interesado en la materia y quieres saber más sobre ella por tus propias razones, disfrutarás estudiándola y aprendiendo.

  • Deporte: Con los deportes ocurre algo similar. Si practicas deportes para recibir cumplidos o adherirte a un ideal social, no durarás mucho. Pero si disfrutas haciendo deporte, realizarás ejercicio físico por el mero placer que te produce la actividad en sí. Por tanto, es crucial encontrar un deporte que te guste si pretendes seguir motivado a la larga.

  • Voluntariados: En los voluntariados no recibes un salario (así que no hay incentivos económicos), pero puedes involucrarte con ello por motivos de interés personal o por tus valores éticos. Ves el valor del trabajo y el beneficio que trae a otras personas y sientes que estás haciendo algo valioso.

Generar motivación intrínseca - ¿Cómo puede alguien motivarse intrínsecamente?

  • Buscar el sentido a la tarea: Encontrarle sentido a lo que hacemos puede ser útil. Tan pronto como nos damos cuenta del valor de algo, decidimos que merece la pena dedicarle tiempo y esfuerzo.

  • Descubrir sus efectos positivos: En la mayoría de tareas suele haber una parte que te guste más que el resto o que, al menos, no sea tan terrible. Céntrate en estos aspectos y no pienses en el lado negativo y las partes que no te gustan tanto.

  • Descansos: Divide la tarea en objetivos medios más pequeños y programa descansos para seguir motivado y ser capaz de mantener la concentración por más tiempo.

  • Asociaciones: Combina las tareas más desagradables con aquellas que disfrutas. Por ejemplo, escucha música mientras estudias (pero presta atención al tipo de música que vas a poner de fondo – para saber cuál es la música que más ayuda a la concentración durante el estudio, visita Estudiar con música: ¿buena o mala idea? en el blog de evulpo).

    Conclusión

    La motivación extrínseca puede ser una herramienta útil para llevar a cabo aquellas tareas que menos te apetece hacer. Pero para aprender de manera verdaderamente efectiva y sostenida en el tiempo, es más útil encontrar una forma de motivarte a ti mismo intrínsecamente. Así, lograrás mantener la concentración por más tiempo y serás más feliz mientras aprendes.

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