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La importancia de la competencia digital en la enseñanza

Competencia digital

Para hacer frente a la pandemia y evitar la propagación del COVID-19, los colegios e institutos se vieron obligados a cerrar durante meses. La enseñanza presencial tradicional tuvo que ser sustituida rápidamente por la enseñanza digital o a distancia, recurriendo para ello a plataformas como Microsoft Teams, Google Meet, Zoom o Skype. A la hora de crear ejercicios y maneras de examinar a los alumnos desde sus casas, herramientas como Padlet o Kahoot! probaron ser sencillas y dinámicas, pero a pesar de ello, cierta experiencia o conocimiento técnico de su funcionamiento y aplicación seguía siendo necesarios para que resultasen verdaderamente útiles. La pandemia nos ha demostrado que los profesores han de contar con recursos y destrezas no solo en el aula física, sino también en el mundo digital; y es ahí precisamente donde muchos no se encuentran del todo cómodos.

En este artículo hablaremos de la importancia de las competencias digitales en el mundo educativo y las diferentes maneras de implementarlas. Al fin y al cabo, aunque la competencia digital se incluye como una de las habilidades clave que los alumnos deben adquirir durante su itinerario escolar, muchos profesores carecen de la formación necesaria previa para incluir en sus lecciones herramientas digitales con las que complementar y modernizar la enseñanza analógica que se viene impartiendo en las aulas desde hace décadas. Si quieres saber más sobre enseñanza online, puedes visitar el artículo: Educación a distancia, donde quedan explicadas las diferentes formas de enseñanza online más utilizadas.

La formación del profesorado

Actualmente, para tener acceso a la enseñanza pública como educador, es preciso realizar el conocido como Máster de Profesorado en Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato; un máster habilitador que permite a los poseedores de un grado universitario especializarse en la enseñanza de la asignatura cursada por ellos mismos durante los cuatro o cinco años previos de carrera.

En el caso de la enseñanza primaria, la propia carrera de Magisterio prepara a los futuros educadores en metodologías y prácticas adecuadas para trasladar los conocimientos y motivar el aprendizaje entre los niños en sus primeros años de escolarización.

Idealmente, tanto la carrera de Magisterio como el máster de profesorado preparan a los futuros profesores a través de un conjunto de asignaturas tanto optativas como obligatorias cuyo objetivo es formarlos en pedagogía; de manera que no solo sean expertos en su materia de estudio sino que también sean capaces de entender los distintos tipos de inteligencias y dinámicas de aula a los que tendrán que enfrentarse y tener en cuenta cuando pasen a formar parte de la plantilla docente de un instituto o colegio público.

Competencias dentro del aula

Siguiendo los modelos de enseñanza contemporáneos, la figura del profesor pasa de ser una figura punitiva y de autoridad a verse como un guía en el proceso de aprendizaje y desarrollo de los alumnos; es decir, más bien como un mediador, facilitando la transmisión y adquisición de conocimientos. Es por ello que, además de ser especialista en lo que enseña, ha de dominar la comunicación y ser adecuadamente competente en las llamadas TICs. Las TICs son las Tecnologías de la Información y la Comunicación, y con el avance de la digitalización en las últimas décadas, se han convertido en una serie de herramientas tecnológicas imposibles de ignorar y capaces de presentar soluciones innovadoras a problemas como, por ejemplo, la enseñanza telemática o a distancia que las escuelas se vieron forzadas a adoptar como consecuencia del corona virus.

Pero las TICs no deberían verse simplemente como una solución rápida y conveniente a un problema, sino que, idealmente, deberían tratarse como otra herramienta de comunicación capaz de transmitir ideas y conocimiento de forma creativa y adaptada a las necesidades de los alumnos actuales.

Nativos digitales

La tecnología a escala global es ya imposible de ignorar, y sería erróneo dar la espalda o negarse a incorporar nuevas metodologías basadas en el uso de herramientas didácticas digitales simplemente porque, tradicionalmente, las clases o asignaturas se vienen impartiendo de otro modo. Fundamentalmente porque, las nuevas generaciones son ya nativos digitales para quienes la tecnología no es un complemento sino parte integral de su día a día y por tanto inseparable de la manera en la que reciben información y aprenden cosas.

Por supuesto, mantenerse al día en el cambiante mundo digital es un reto añadido que se suma a las muchas otras tareas y desafíos a los que se enfrentan los profesores en el aula y fuera de ella. A pesar de recibir cierta formación al respecto durante su preparación pedagógica, la constante mutabilidad de internet exige constantes actualizaciones, lo que en ocasiones genera rechazo por parte de los profesores, quienes pueden considerar que la cantidad de tiempo y esfuerzo que conlleva la implementación de estas tecnologías en el aula no les merece la pena, y se decantan por la comodidad de modelos tradicionales.

Docencia digital

No obstante, tal y como hemos visto con la pandemia, en ocasiones hay causas de fuerza mayor que obligan a dar un cambio de rumbo de manera acelerada. El caso del COVID-19 mostró que muchos profesores no se encontraban preparados ni suficientemente familiarizados con las TICs como para ser capaces de ofrecer a sus alumnos una alternativa digital competente y de calidad semejante a la docencia en presencial en las aulas. Es evidente que no conviene esperar hasta que suceda una tragedia o una situación forzosa para realizar ciertos cambios en la manera en la que se imparten las asignaturas y diversificar las formas de enseñanza de manera que motiven a los alumnos y se adapten a su forma de vida contemporánea.

Hay muchas maneras de introducir las competencias digitales en la clase, y generalmente suele ser un problema más por parte de los profesores que de los alumnos, quienes dominan ese lenguaje de manera mucho más natural. Desde analizar mensajes de Whatsapp teniendo en cuenta elementos específicos a ese tipo de comunicación instantánea (como emojis, GIFs, mensajes de audio, etc) hasta dividir la clase en grupos en Zoom, creando aulas digitales más pequeñas en las que intercambiar ideas y debatir lo aprendido; pasando por las Jamboards interactivas de Google Meet o los exámenes dinámicos y gamificados de Kahoot!. Ahora mismo, las opciones son infinitas y corresponde a cada docente ser capaz de integrarlas de manera competente y relevante para que la experiencia educativa de sus alumnos seas más rica y variada curso tras curso.

Si este artículo te ha parecido interesante, puedes echar un vistazo a: Tablets y compañía: ¿Merece la pena? y Aplicaciones que pueden facilitar tu aprendizaje.

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