¿Eres una persona kinestésica?

Seguro que has oído decir que existen diferentes tipos de estudiantes con diferentes preferencias a la hora de adquirir conocimiento: algunas personas entienden mejor las cosas mediante imágenes o estrategias visuales, otras retienen mejor el conocimiento cuando lo escuchan. Si eres una persona visual, aprendes mejor cuando lees o ves la información, como por ejemplo a través de textos o películas. Si eres alguien más auditivo, absorbes más rápido la información cuando la escuchas; como, por ejemplo, cuando asistes a una charla o alguien te cuenta una historia. Existe un tercer tipo: las personas kinestésicas, es decir, aquellas para quienes el movimiento y la emoción son factores importantes a la hora de aprender algo. En este artículo descubrirás si eres una persona kinestésica y si este modo de aprender es para ti. 

La palabra kinestesia viene del griego, y significa: «percibir algo a través del movimiento». Esto quiere decir que un estudiante kinestésico retendrá mejor la información si se aproxima a ella de manera física y puede poner en práctica lo aprendido.

¿Cómo saber si eres una persona kinestésica?

No siempre es fácil saber que tipo de aprendizaje es mejor para ti, porque las líneas entre un tipo y otro en ocasiones se funden. Y, por supuesto, puedes utilizar una mezcla de estos, o favorecer un tipo sobre otro dependiendo de la situación y el examen. Por ejemplo, igual la mejor forma de estudiar algo para ti implica leer y escuchar un texto al mismo tiempo, usando tanto el canal auditivo como el visual. Sin embargo, puede que esto no sea así, por lo que hay varios signos que pueden ayudarte a saber si eres una persona kinestésica.

Para este tipo de estudiantes suele ser difícil pasar mucho rato sentados en una clase, escuchando simplemente. E incluso una vez leídos los textos, no se suelen quedar con gran parte de la información. Esto puede resultar frustrante, ya que esta suele ser la manera típica de enseñar en los colegios. 

Por el contrario, para alguien kinestésico, suele ser muy útil crear sus propios posters a la hora de aprender algo. Así que, si te das cuenta en clase de que te gustaba hacer posters y collages porque te ayudaba a recordar la información mejor, es posible que seas una de las personas que aprenden mejor a través del movimiento. O si, por ejemplo, en clase de biología eras capaz de memorizar todas las partes del esqueleto humano cuando tenías el modelo anatómico delante y podías tocar y mover los diferentes huesos, es bastante probable que seas una persona kinestésica. 

¿Qué estrategias de aprendizaje son más recomendables para las personas kinestésicas? 

Existen muchas estrategias diferentes e igualmente útiles para las personas kinestésicas, pero no hay un método universal. Lo mejor es probar varias hasta encontrar la que mejor se ajuste a tu forma de aprender. 

Diseñar algo puede serte útil. Esto pasa por hacer posters, collages, manualidades o incluso dibujos. De esta manera visualizarás mejor las conexiones. 

También es bastante eficaz escribirte resúmenes. Esto se debe a que escribir a mano también supone movimiento y por tanto aquello que escribes se te grabará mejor en la mente. Esta táctica favorece una conexión más profunda con la información que estás tratando de aprender, pues tu cuerpo y tu cerebro están trabajando juntos cuando escribes. Los resúmenes que hagas deberían ser tan variados como te sea posible. Utiliza tus propios ejemplos para aclarar la teoría y hacerla más aplicable mediante información práctica:

• Crea listas y gráficos
• Dibuja
• Invéntate tus propias reglas abreviaturas y reglas nemotécnicas 

Recuerda que puedes reutilizar estos resúmenes; puedes revisarlos y añadirles lo que necesitas según vas aprendiendo nuevos conceptos. Es buena idea darles un repaso antes de irte a dormir. A la hora de estudiar, a muchas personas kinestésicas les funciona recitar o explicar a alguien lo que han aprendido ese día, pues así estimulan su pensamiento y van creando sus propias conexiones mentales con el tema. 

Otra táctica recomendable es la de crear un grupo de estudio para debatir temas e intercambiar ideas, lo que generalmente lleva a profundizar en el conocimiento personal de la materia. Si te decides a crear un grupo de estudio, podéis probar a hacer juegos de rol que os ayuden a memorizar el material a aprender, u otros juegos que hagan el aprendizaje más dinámico e interesante. Por ejemplo, poner a prueba tu vocabulario en francés mediante la mímica o el Pictionary. Otra estrategia de aprendizaje consiste en crear tarjetas (conocidas como flashcards). De nuevo, esta actividad implica movimiento, pues mueves tu mano cuando las escribes. Además, te puedes llevar las tarjetas a cualquier parte, con lo que añadirás algo de variedad a tu estudio con tan solo cambiar la localización. Igualmente, puedes llevarte las tarjetas cuando salgas a dar un paseo o vayas a un parque, de camino al colegio, etc. También puedes pedirle a alguien que te examine usando las tarjetas para saber si has acertado en tu respuesta o no. 

Algunas personas encuentran útil escuchar música mientras estudian. Pero no debes dejar que la música te distraiga. Puedes usarla para bloquear sonidos de fondo o ruidos molestos que te impidan estudiar. Cada una debe encontrar el tipo de música que le relaje y ayude a concentrarse. Puede ser que a ti te funcione la música clásica, ya que no suele tener letra. A otras personas puede gustarles escuchar rock, y otras preferirán sonidos ambiente como el ruido del mar o los pájaros cantando. Si tienes curiosidad, puedes acceder a plataformas como Noisli, donde puedes hacer tus propias mezclas de sonidos y crear la atmósfera de estudio que más fomente tu concentración. 

Por otro lado, cuando se trata de aprender idiomas, la aplicación práctica es el mejor método. Así que si eres una persona kinestésica que quiere aprender un nuevo idioma, lo mejor es ir al país o lugar en donde se habla, o hablar con otras personas en esa lengua. Recuerda que no necesitas viajar a otro país para hacer eso, aunque tal vez eso sea lo más interesante. Puedes ponerlo en práctica en grupos de estudio o buscar alguien para hacer un tándem de idiomas. Al mismo tiempo, ver películas o escuchar canciones en el idioma que estás intentando aprender te ayudará a desarrollar una afinidad inconsciente por dicha lengua. 

Para algunas personas, los escritorios de pie o elevados son también una buena solución. El hecho de no tener que estar sentados les permite una variedad de movimientos que puede favorecer su concentración. 

Y, por último, con independencia del tipo de aprendizaje que se te de mejor, hay una regla que se aplica a todos los tipos: cuando hagas una pausa… ¡muévete! Levántate de la silla, estira las piernas, haz algo de ejercicio o airéate. Cuantos más sentidos utilices en tus técnicas de aprendizaje, mejor será tu rendimiento y tu capacidad para recordar lo aprendido. ¡Así que trata de darle diversidad sensorial a tus sesiones de estudio! 

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