Currículo nacional y competencias autonómicas – Ley LOMLOE

Seguro que alguna vez has oído que no sé dan las mismas horas de una asignatura en una comunidad autónoma que otra, o que la prueba de acceso a la universidad es más o menos sencilla dependiendo de la región. Es normal que te preguntes que, si el objetivo de la educación pública es que todos los alumnos tengan una formación en igualdad de condiciones y saberes, ¿a qué se deben estas diferencias entre comunidades autónomas? ¿Es mejor un modelo descentralizado o forzar a todas las regiones a adoptar el mismo currículo escolar? ¿Hay ventajas en dar mayor libertad curricular a cada región?

Si tienes dudas acerca de cómo la LOMLOE o nueva ley educativa ha afectado al currículo en las diferentes etapas escolares, estás de suerte: En este artículo te contamos todo lo que necesitas saber sobre la conocida como ley Celaá y que cambios puedes encontrarte como estudiante o profesor/a respecto a años anteriores.

Aplicación de la LOMLOE y reforma educativa

Con cada cambio de gobierno, las leyes educativas vigentes siempre son susceptibles de nuevas modificaciones; la más reciente, la LOMLOE, entró en vigor a inicios de 2021 y su implementación afecta tanto a Primaria, como a la ESO y Bachillerato. Modificaciones generales incluyeron limitar las veces que se podía repetir por curso o eliminar los exámenes extraordinarios o de recuperación.

No obstante, uno de los elementos más importantes y que también se extienden a todas las etapas educativas con independencia de la comunidad autónoma es la sustitución de una enseñanza de carácter más memorístico por otra de tipo competencial. Por decirlo de otra manera: saber hacer. Cambio que se ve reflejado en la incorporación de nuevas metodologías basados en los principios del Diseño Universal para el Aprendizaje (qué aprender, por qué aprender y cómo aprender).

Además de esto, la nueva ley establece que el Estado dicta el 60% del contenido del currículo escolar; recayendo en las diferentes comunidades autónomas la disposición del 40% restante. Es decir, el nuevo modelo presenta unas bases centralizadas respecto a las enseñanzas mínimas que corresponderían a cada etapa, pero otorga una cierta flexibilidad a las respectivas Administraciones educativas para que desarrollen su propio currículo.

Diferencias con el modelo previo

La LOMLOE sustituye a la ley educativa previa, la LOMCE. A diferencia de la anterior, más centralizada, con la nueva ley Celaá, las autonomías y los centros educativos son ahora más libres para decidir una parte importante del currículo. Así, las competencias quedan ahora divididas entre Gobierno y Comunidades Autónomas. Estas competencias incluyen tanto el contenido que se enseña, como el cómo se les enseña este contenido a los alumnos. La pregunta que surge con esta vuelta a un modelo más descentralizado es… ¿es bueno que en distintos centros se enseñen ciertas cosas de distinta manera?

Potenciales beneficios de un modelo descentralizado

Las diferencias territoriales en materia curricular pueden llegar a ser beneficiosas para el alumnado si se hace un uso enriquecedor de los recursos propios de cada centro. Si, por ejemplo, los alumnos están aprendiendo sobre las diferencias entre el estilo gótico y el románico, y su ciudad cuenta con catedrales o edificios que puedan ilustrar estos estilos arquitectónicos de manera más dinámica y tangible, tener la libertad para organizar su aprendizaje valiéndose de esos elementos como herramienta de estudio hará que su experiencia educativa sea mas viva y emocionante.

Estos beneficios vienen respaldados por informes como el de la Unión Europea, que muestra que cuanta mayor autonomía a la hora de seleccionar contenido tenía un país, mejores eran los resultados de los estudiantes, así como su rendimiento.

Con la ley Celaá, todas las asignaturas recuperan el mismo estatus, en lugar de encontrarse divididas entre troncales y de libre configuración. Igualmente, ya no queda en manos del ministerio definir los estándares de aprendizaje para ellas, de manera que los centros educativos tienen una mayor capacidad para decidir como trabajar los contenidos o el horario a llevar. Lo que se traduce en la posibilidad tanto por parte de los padres como de los docentes de tomar decisiones y tener un rol más activo que ataje necesidades concretas de los alumnos del centro. Esto puede contribuir a ofrecer soluciones de forma más rápida y efectiva, favoreciendo la participación ciudadana y acortando distancias.

Conclusión

Es evidente que no existe un modelo definitivo y que toda ley de educación promulgada en un momento concreto es susceptible de cambios y revisiones más adelante. La actual apuesta por un modelo de descentralización intermedia, trata de encontrar un equilibrio que fomente la autonomía educativa de los centros y comunidades autónomas, pero que evite el regionalismo y las desigualdades. Así, el estado se reserva el derecho a fijar más de la mitad de las competencias básicas, pero no determina el contenido curricular de manera tajante, sino que ofrece flexibilidad para que los centros y docentes lo completen según las necesidades observadas.

Bibliografía

• European Education and Culture Executive Agency. Equidad en la educación escolar de Europa