Leer es un hábito que va a acompañarte toda la vida. Ya sea en el colegio, en la universidad o, sencillamente, en el día a día, estamos rodeados de textos y documentos que nos exigen su lectura. Después de todo, la palabra escrita es una de las principales formas de transmitir información.

En este artículo te daremos 8 consejos para que aprendas a leer textos de manera más eficiente y que técnicas puedes utilizar para mejorar tu comprensión de su contenido.

Preparación

Antes incluso de empezar a leer, debes buscar un sitio confortable para ello. Idealmente, debería ser un sitio en donde te sientas cómoda y que te permita concentrarte y tomar notas si lo necesitas. Aunque tumbarte en la cama a leer pueda parecer tentador inicialmente, es mejor evitar la posición reclinada y favorecer en cambio la lectura en sillas, preferiblemente frente a un escritorio. Intenta mantenerte erguida, ya que una buena postura mientras lees previene dolores de espalda y cuello a la larga. Tampoco descuides la iluminación, es esencial tener buena luz mientras lees para no forzar la vista y dañar tus ojos.

Una vez hayas despejado tu escritorio, tengas tus lápices y subrayadores listos y te hayas asegurado de que tienes una buena luz de lectura, solo te falta saber al tipo de texto que te enfrentas. ¿Es un relato, una novela, una obra de teatro, un texto científico, un artículo, un poema…?

¡Es el momento de empezar a leer!

Entender la estructura e ideas generales

Cada texto consta de una estructura específica y una composición particular, y cada parte del texto tiene una función concreta. Por ejemplo, la introducción (tal y como sugiere su nombre), sirve para introducir el tema y adelantar al lector lo que puede esperar del texto. Del mismo modo, la conclusión resume la información clave e ideas más relevantes para que no se olviden.

Para tener una visión general de lo que constituye el texto y entender su estructura, léelo primero por encima. Con esto, nos referimos a que no tienes que leer todo el texto en profundidad, sino más bien prestar atención al índice, los títulos y subtítulos, los gráficos o ilustraciones que lo acompañan, la información resaltada, la introducción y la conclusión. Centrarte en esto en un inicio te ayudará a comprender mejor las partes que lo forman y te preparará para una segunda lectura en donde podrás anticipar algunas de las ideas presentes en el texto.

Visualización

Para facilitar la comprensión y memorización de lo que estás leyendo, es recomendable imaginarlo como una especie de película en tu cabeza. Es decir, trata de visualizar todo lo que lees. Esto hará que los conceptos abstractos se vuelvan más concretos, las teorías más vívidas, y el contenido en sí más absorbente y tangible. De esta manera, no solo estarás leyendo, sino también asociando lo que lees con imágenes especificas que harán que las ideas se te graben en la mente con más facilidad.

Adecúa tus técnicas de lectura y tu velocidad al tipo de texto

Dependiendo del tipo de texto y de su complejidad, deberás adaptar tu velocidad de lectura y manera de abordarlo para mejorar tu comprensión de este. Después de todo, no hay nada más frustrante que pasar página tras página sin retener nada de lo que estás leyendo.

Si es un texto científico de cierta complejidad, tiene sentido que vayas más despacio y prestes mucha atención e intentes entender bien cada párrafo antes de pasar al siguiente. Mientras que, con textos más sencillos, puedes saltarte algunos párrafos y seguir adelante sin perderte lo verdaderamente importante.

Sé selectivo/a

¡No todo lo que leas en un texto va a ser igual de importante! Por eso, es recomendable tener una idea general del texto en la primera lectura y después separar aquello que necesitas o en lo que consideras que debes hacer hincapié, de las partes más superfluas. El objetivo de la lectura selectiva es quedarte con la mayor cantidad de información en el menor tiempo posible, e informarte a grandes rasgos del tema que te ocupa. Así aprenderás también a establecer tus prioridades.

Truco: lo más importante de un texto no literario suele ser la introducción y la conclusión, pues una te introduce la idea a tratar en el texto y la otra te lo resume. Sin embargo, ¡esto no quiere decir que solo debas leer esos dos pasajes!

Utiliza los recursos a tu alcance

Leer un texto sin ninguna ayuda externa puede conducir a distracciones y digresiones de todo tipo. Utilizar un subrayador o un lápiz para destacar las ideas más importantes te permitirá concentrarte en el contenido y evitar perderte. También puedes anotar los conceptos clave en post-its que sirvan como marcadores de la página y así encontrarlos más fácilmente cuando te toque revisar.

El método SQ3R

Este es un método de lectura y estudio que te ayuda a abordar un texto de manera más eficiente. No se trata de ir más rápido, sino de entender el contenido y de ser capaz de recordarlo de manera concreta después de haberlo leído. SQ3R son las siglas en inglés que describen como se debería leer un libro o un texto de manera que retengamos la mayor cantidad de contenido posible. Las siglas corresponden a: Survey, Question, Read, Recite and Review. O, en español: Analiza, cuestiona, lee, recita y revisa.

Si sientes curiosidad y deseas saber más sobre el método SQ3R, ¡encontrarás un artículo entero dedicado a esta técnica en nuestro blog de evulpo!.

Procesar lo leído

Una vez termines de leer, no apartes el texto y pases inmediatamente a otra cosa, ¡revísalo! ¿Qué quiere decir esto? Cuando revisas, vuelves sobre tus apuntes y notas, añades información y clarificas ambigüedades, consolidando así la información leída y completando datos que pudieran faltarte. Después de esta lectura, comprueba si te queda alguna cuestión por aclarar. Si ves que entiendes todo y te has quedado con las ideas principales, ¡ya has terminado con tu texto!

Si te ha parecido interesante este artículo, puedes echarle un vistazo a: Mejora tu comprensión lectora con el método SQ3R y Consejos para aprender a tomar notas, los cuales te ayudarán a comprender mejor los largos textos que tienes por estudiar, así como técnicas para trabajarlos y mejorar tus notas.