¿Cómo se crea un plan de estudio?

¿Alguna vez te has estresado al tener una lista de tareas pendientes que cada vez se hace más y más largas? ¿A ese agobio se le ha sumado el ver que los exámenes se acercan como un gran tsunami? Si tu respuesta es sí, piensa en cómo actuabas en esa situación. Seguro que tanto por hacer ha provocado que evites el ponerte a estudiar. En ocasiones, los estudiantes se evaden pasando tiempo con los amigos o haciendo otras actividades de su gusto en vez de sentarse en el escritorio para hacer deberes o estudiar. Una buena forma de evitarlo es creando un plan de estudio que prevenga la acumulación de tareas.

En este artículo, verás las ventajas de un plan de estudio y cómo puedes aprovechar al máximo tu tiempo.

¿Qué hay que tener en cuenta antes de crear un plan de estudio?

Debes prestar atención a ciertos factores antes de crear tu horario de estudio:

En primer lugar, tu plan de estudio debe adaptarse a tu método o técnica personal de aprendizaje. Para ello, tienes que descubrir cuál es que el que mejor se adapta a ti. ¿El método Pomodoro te parece práctico? ¿Has desarrollado tu propio método? No todos los estudiantes son iguales, por lo que puedes personalizar cualquier método que te sea útil. En el blog encontrarás diferentes artículos que te ayudarán a averiguar qué método se ajusta más a tu perfil.

En segundo lugar, piensa en tus hábitos de estudio. ¿A qué hora del día rebosas productividad? ¿Eres capaz de concentrarte nada más levantarte por la mañana, o más bien un búho que rinde más por la noche? Si sabes responder a estas preguntas, sabrás qué momento del día tienes que dedicar a estudiar los temas más importantes y difíciles, porque es cuando mejor te concentrarás y mantendrás la motivación.

Por último, antes de empezar a crear tu plan de estudio, debes obtener una visión general de tus asuntos personales, tus asignaturas y los materiales con los que cuentas. ¿Tienes fechas señaladas, plazos que cumplir o citas que atender? Además del horario escolar, puedes tener alguna cita médica, exámenes, presentaciones importantes, etc. Crea un balance entre tu vida y la escuela y separa lo importante de lo que no lo es para poder priorizar y aprender de forma eficaz.

¿Qué pasos hay que seguir para crear un buen plan de estudio?

Puedes utilizar una plantilla que encuentres en internet o incluso crear tu propio plan de estudio. La clave para crearlo es la honestidad. Sé consciente y realista con tu ritmo de aprendizaje, tu progreso habitual y tu motivación, porque sólo así podrás planificar y aprender con éxito.

Aquí tienes los seis pasos a seguir para crear tu plan de estudio:

1. Señala en el plan de estudio las fechas importantes.

2. Divide tus apuntes o cualquier otro material en apartados o temas para tener una mejor visión de conjunto de la asignatura y poder marcar más fácilmente lo que ya te sabes. Esto reforzará tu motivación.

3. Organiza tu tiempo. ¿Cuánto tiempo piensas dedicarle al estudio? ¿Cuánto tiempo necesitas para las pausas? ¿Cada cuánto necesitas tomarte un tiempo libre?

4. Establece las prioridades. ¿Qué temas son prioritarios porque aún no has aprendido del todo o porque son extremadamente importantes?

5. Deja tiempo para repasar lo que ya has estudiado.

6. Acuérdate de establecer un margen para imprevistos.

El plan de estudio es un horario personalizado que se adapta a tus necesidades y que debe aportar orden y seguridad. Puedes incluir los consejos y trucos de tus compañeros, pero ten en cuenta que cada persona aprende de forma diferente y, por tanto, lo que para ellos funciona puede no funcionar para ti.

Recuerda que ningún plan de estudio es perfecto desde el principio, sino que se modificará y desarrollará con el tiempo según los acontecimientos.

¿Por qué hay que incluir las pausas y el tiempo libre en el plan?

Las pausas y las actividades de ocio son imprescindibles para mantener la concentración y la motivación. Nadie puede dedicar su tiempo exclusivamente a estudiar y trabajar. Por tanto, es de vital importancia encontrar un equilibrio entre tiempo de estudio y tiempo de descanso.

Hay diferentes pausas, por ejemplo, las cortas, que duran entre 5 y 10 minutos. Durante estas, es aconsejable levantarse, pasear por la habitación e incluso salir al jardín o al balcón. Esto estimula la circulación ya que la sangre se llena de aire fresco. Después de la pausa te sentirás con más energía para la siguiente sesión de estudio.

Por otro lado, están las pausas largas. Estos bloques debes meterlos en tu plan de estudio como tiempo libre. Puedes dedicarlos al deporte, al tiempo para ti o a la vida social. Estas pausas más largas, que pueden durar desde una o dos horas hasta un día entero, te ayudarán a evadirte, relajarte y despejarte. De este modo, podrás continuar con tu proceso de aprendizaje en un estado recargado de energía y descansado.

Además de los descansos, no hay que descuidar el sueño. Mientras duermes, tu cerebro procesa las experiencias del día, interioriza las conexiones y consolida lo que ha aprendido.

Una vez más, recuerda que el plan de estudio no tiene que ser perfecto, podrás reajustarlo en cualquier momento. Por eso, no pierdas el tiempo pensando en el formato u otros detalles y ¡empieza ya!

Si te ha gustado este artículo y quieres seguir aprendiendo métodos de organización y planificación puedes echar un vistazo a: ¿Cómo puedo hacer mi propio studygram?, Timeboxing: ¿es realmente útil o está sobrevalorado? y 12 consejos para mejorar la eficiencia durante el estudio