Todos los comienzos son duros, sobre todo cuando tienes que empezar a estudiar una asignatura que no te gusta nada. Pero no te preocupes, a todos nos ha pasado alguna vez. En este artículo, verás consejos y trucos que te ayudarán a lidiar con esa materia que se te atraviesa. ¡A por ello!

Consejo nº 1: Averigua por qué no te gusta esa asignatura

Escribe las razones por las que tienes dificultades en esa asignatura en concreto y tacha aquellos aspectos que no puedes cambiar. Por ejemplo, puede que no te guste el profesor, que no te interese el contenido, que siempre saques malas notas y has perdido la motivación, etc.

Consejo nº 2: Llega al fondo del problema

Si has descubierto por qué no te gusta la asignatura y no te apetece nada ponerte a estudiar, piensa en cómo puedes resolver aquello que te genera rechazo.

Si el contenido te parece aburrido, busca algo que pueda interesarte. Tal vez estudiar vocabulario en inglés no sea plato de buen gusto para ti, pero si escuchas música en inglés en tu tiempo libre, hay una solución para ello. Puedes imprimir la letra de tu canción favorita y estudiar todas las palabras. Así podrás saberte la canción de pe a pa.

A veces, la forma de enseñar del profesor y tu forma de aprender no coinciden y te cuesta seguir la clase. En ese caso, ten en mente los objetivos de la asignatura y tómate el tiempo que necesites en casa para repasar los temas hasta que los entiendas y cumplas dichos objetivos.

Si te cuesta sacar buenas notas, establece metas menos ambiciosas. ¡No se puede ser el mejor en todo, ¡cada uno tiene sus puntos fuertes y débiles! Así, márcate objetivos concretos y realistas e intenta alcanzarlos. Puedes crear una lista con los objetivos que ya has alcanzado y realizar una especie de seguimiento.

Consejo nº 3: Ten siempre presentes tus objetivos

Cuando estés sentado en tu escritorio y no tengas ganas de ponerte a estudiar, puede ayudarte a recordar tus objetivos. Pregúntate por qué necesitas aprobar y qué beneficios tendrá en el futuro.

Consejo nº 4: Haz un plan de estudio

Crear un plan de estudio personalizado es la mejor manera de evitar el estrés, la presión de tener que estudiar mucho en poco tiempo y la inseguridad de no saber si lo estás haciendo bien. Como se ha mencionado anteriormente, lo mejor es establecer objetivos concretos y realistas. De este modo, podrás gestionar mejor tu tiempo y estudiar de acuerdo con esos objetivos. Antes de empezar a estudiar, recopila todo el material que tengas sobre el tema y saca los conceptos generales. A continuación, divide el material en apartados más pequeños para que no te agobies por la cantidad de contenido y ve marcando aquellos apartados que ya te sepas. Además, usa colores y asegúrate de crear apuntes atractivos para reforzar tu motivación.

La clave para crear un plan de estudio útil es ser honesto contigo mismo sobre tu ritmo de aprendizaje, tu progreso y tu motivación.

Otro aspecto importante son las pausas de estudio. El cerebro necesita descansos para recuperarse y organizar y procesar la información que está entrando. Abre la ventana, escucha tu canción favorita, prepárate una taza de té o da un pequeño paseo para despejarte. Estos descansos pueden hacer maravillas.

Consejo nº 5: Autoengáñate

Si te cuesta horrores una asignatura, a veces autoengañarse ayuda. El típico «voy a estudiar 5 minutos y lo dejo» es una buena táctica. De esta manera, te visualizas estudiando poco tiempo y haciendo otra cosa que te guste después. Lo que suele ocurrir pasados esos 5 minutos es que te das cuenta de que no es tan horrible como creías y aparece el pensamiento: «Ahora que ya he empezado, voy a terminarlo».

También puede ayudarte aprender por partes. De este modo, al establecer pequeñas metas, no te agobiarás. Por ejemplo, puedes proponerte leer el primer capítulo de un libro y memorizar 30 palabras o trabajar en los apuntes durante 15 minutos. Cuando acabes, te sientes realizado porque has completado la tarea propuesta. Por otro lado, tener diferentes miniobjetivos ayuda a mantener la motivación.

Consejo nº 6: Encuentra tu método de aprendizaje ideal

Puede que aún no hayas encontrado el método de aprendizaje adecuado para ti. El método puede variar de una asignatura a otra, por lo que cada persona tiene que descubrir por sí misma cómo aprende de forma más eficaz.

¿Has oído hablar del método Pomodoro o SQ3R? El fin del método Pomodoro es encontrar un balance entre estudio y descanso, mientras que el método SQ3R pretende facilitar la comprensión lectora. Este último método intenta mostrar que no se trata de la velocidad con la que leas, sino de captar el contenido de un texto y ser capaz de recordarlo a largo plazo. En el blog puedes encontrar artículos útiles que te ayudarán a averiguar qué características tienes como alumno y qué métodos pueden adaptarse mejor a ti.

Si lo que te ocurre es que estás cansado de estudiar una y otra vez lo mismo y necesitas un cambio, hay algunos trucos que puedes utilizar para hacer del aprendizaje algo más divertido.

Si necesitas aprender idiomas, busca alguna canción en el idioma que estudies que tengas curiosidad por comprender y memorízala. Sin darte cuenta, estarás aprendiendo los tiempos verbales y el orden de los elementos de una oración. También puedes ver películas en versión original con subtítulos, pero ¡no hagas trampas! Los subtítulos deberán estar en el idioma que estudies, de lo contrario, estarás simplemente leyendo una película en español.

Si tienes un examen de historia o biología, busca información sobre el tema o pídele a tu profesor/a que te recomiende algún libro, documental, etc.

Si, por el contrario, el examen es de matemáticas, formar un grupo de estudio puede ser la solución. Tus compañeros y tú podréis poner en común ideas, ayudaros y motivaros mutuamente. También podréis celebrar juntos cuando aprobéis el examen. Estas pequeñas alegrías son las que te harán seguir adelante y no rendirte.

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