Aprende de manera más eficiente usando colores
¡Los colores hacen que la vida sea mejor! Ya sea nuestra ropa, maquillaje, habitaciones o cuando se trata de estudiar. De hecho, crear codificaciones basándose en colores hará de tu estudio algo más divertido e interesante. La codificación por colores puede ser de mucha ayuda cuando tengas que hacer un esquema, analizar un texto, tomar apuntes, o incluso redactar resúmenes. Después de todo, trabajar con colores te ayudará a visualizar la información y organizarla de manera más clara. Pero, ¿cómo empezar con ello? ¿Y cómo organizarse para que no resulte confuso? En este artículo, te enseñamos como integrar y dominar el uso de los colores en tu rutina de estudio.
Organización con colores
Antes de empezar con la codificación por colores, lo primero es armarte de las herramientas adecuadas (subrayadores, post-its, bolis de colores, rotuladores…).
Piensa ahora cómo vas a crear tu código personal, es decir, para qué vas a usar cada color. Es mejor no copiar o utilizar los códigos creados por otras personas, ya que cada uno tiene sus propios métodos de aprendizaje, y cuanto más personal sea tu código, más eficaz será.
Además de los colores, también puedes utilizar formas o símbolos, como un triángulo con signo de exclamación en su interior para señalar algo a lo que le tengas que prestar especial atención.
¡Una vez tengas todo preparado, coge tus cuadernos y tus herramientas y ponte con ello!
Trucos y consejos
- Crea tu propia codificación por colores (ya sea para separar capítulos, temas, información importante, títulos, subtítulos, etc…). Hazlo del modo que más se ajuste a lo que necesitas y según el tipo de materia o ejercicio.
- Empieza a utilizar los colores en clase cuando te toque tomar notas. Así, cuando hagas tu resumen ya tendrás parte del trabajo hecho y podrás concentrarte en repetirlo.
- No pongas todo en colores. Si lo haces, conseguirás el efecto opuesto al deseado, ya que el objetivo de este método es resaltar la información imprescindible de manera que sea más fácil de encontrar y recordar.
- Limita la cantidad de colores que vas a usar. Es contraproducente usar demasiados colores, pues perderás la información importante si está en un documento lleno de otros colores que también llaman tu atención. Además, es fácil olvidarte de que significa cada color si tienes diez distintos en una misma página.
- Utiliza flechas adhesivas para ayudarte a localizar capítulos de manera rápida y efectiva en tus libros y cuadernos. De nuevo, puedes establecer tu código propio y organizarlas por colores. Por ejemplo, para el libro de inglés puedes poner una flecha verde para señalar la gramática, una azul para las conjugaciones y otra roja para el vocabulario. Coloca tus flechas al inicio de cada capítulo o sección para que no se te olvide. Este sistema también te será de gran utilidad si en algún momento tienes un examen con apuntes o libro abierto.
- Escoge colores llamativos y que resalten para que capten tu atención y te ayuden a visualizar los elementos importantes.
- No subrayes una frase entera, solo los elementos más importantes. La idea principal de la frase puede estar subrayada en color. Después de todo, es eso lo que quieres recordar, no necesariamente la frase entera.
- Elige los colores en función de su relevancia. Puedes elegir un color para los títulos, otro para las acciones que tienes que hacer y otro menos llamativo para la información menos relevante, ya que no quieres que este último acapare demasiada atención.
La organización por colores ayuda al cerebro a procesar información. Los colores se asocian con información o palabras concretas, de manera que resulta más sencillo recordarlas. Este método de estudio es especialmente eficaz para las personas con modos de aprendizaje más visuales. Es una herramienta sencilla e ingeniosa que puede implementarse en el plan de estudio para evitar perder tiempo y aprender de manera más eficiente y estructurada. Además, ¡puedes usar este método con cualquier asignatura, así que anímate a probarlo!
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