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7 consejos para unos exámenes perfectos

Estudiante durmiendo

Todos llegamos a nuestro límite durante la época de exámenes: dormir poco, estrés, falta de motivación… En este artículo aprenderás cómo superar mejor estos momentos.

1. Crea un plan de aprendizaje con anticipación

Antes incluso de comenzar a estudiar, debes elaborar un plan de aprendizaje. Es mejor hacer esto tan pronto como sepas la fecha del examen y no cuando ya sea demasiado tarde. Si tienes varios exámenes a la vez, es importante que planifiques bien tus días para que no se descuide ninguna asignatura y no te estreses. Para ello, debes averiguar los temas que se incluyen en el examen. Si no lo sabes de clase, pídeselo a tu profe o guíate por el libro y crea uno tú mismo. Para que puedas ceñirte al plan, tiene que ser realista. Fija una meta por día. Por ejemplo, una cantidad de páginas o ejercicios que te dé tiempo a estudiar. ¡Pero cuidado! También se necesita hacer descansos. En algún momento, tu cerebro ya no puede absorber nueva información. ¡Entonces no vale la pena seguir forzándolo!

Por último, debes dejar un tiempo de margen en caso de que algo no funcione como se planeó. Tal vez un tema resulte ser más difícil de lo que esperabas o surja algo y no puedas ceñirte a tu plan de estudio.

2. Un lugar de trabajo

¡Ser ordenado es importante para un buen aprendizaje! Todos sabemos que es fácil distraerse cuando tienes muchas cosas en la mesa. Porque clasificar bolígrafos por color es definitivamente más divertido que memorizar palabras en inglés. Para evitar la tentación, en primer lugar, limpia tu espacio de trabajo antes de empezar a estudiar. Asegúrate de tener suficiente papel, bolis y siempre ten una botella de agua, o algo de beber, a mano.

3. El método de aprendizaje adecuado

Para aprender de manera eficiente, debes averiguar qué método de aprendizaje es mejor para ti. ¿Eres creativo y te gusta escribir resúmenes, listas y crear resúmenes? ¿O aprendes mejor con flashcards? ¿Estar en un grupo de estudio te ayuda a mantenerte motivado? Lo mejor que puede hacer aquí es probar todos los métodos para encontrar el adecuado. En el blog encontrarás algunos artículos que pueden ayudarte a encontrar tu método de estudio perfecto.

4. La práctica hace al maestro

Lo más importante practicar. Si aprendes algo nuevo todos los días y nunca repites las cosas viejas, ¡habrás olvidado todo nuevamente después de un corto tiempo! Esto se aplica a la memoria, pero también a la aplicación práctica de la teoría. Si tienes un grupo de estudio, haceos preguntas unos a otros y pensad posibles preguntas de examen. Si nadie tiene tiempo, puedes explicar lo aprendido a tus padres, a un peluche o, en el peor de los casos, a la pared. Al repetir el material, lo memorizas mejor.

Si tienes la oportunidad de resolver preguntas de exámenes anteriores, ¡¿entonces a qué esperas?! Cuando te sientas listo, simula un examen: cronometra su tiempo, resuelve un examen anterior, corrígelo con la solución y luego suma los puntos que obtuvo.

5. Descansos

Como ya se dijo: ¡Planifica también los descansos! Es posible que hayas oído hablar del método Pomodoro el cual trata de dividir el aprendizaje en tiempo de estudio y tiempo de descanso. Por ejemplo, estudias 30 minutos y luego tomas un descanso de 5 minutos. Repite esto varias veces antes de tomar un descanso más largo. De esta manera, puede dividir las tareas en partes y darle un respiro a la cabeza de vez en cuando. Cómo dividir el tiempo, lo debe averiguar cada uno por sí mismo. Algunos aprenden mejor durante más tiempo y toman descansos más largos, otros son más eficientes si mantienen los intervalos de tiempo más cortos. Puedes encontrar más información sobre el método Pomodoro en nuestro blog: ¿Qué es el método Pomodoro?.

No debes asimilar ninguna información nueva durante los descansos en el aprendizaje. ¡Sal a caminar, abre la ventana, haz ejercicio o simplemente acuéstate y escucha tu canción favorita! Después del descanso, has acumulado suficiente energía para dominar la siguiente etapa.

6. Planificación del día del examen

Especialmente si tienes que realizar muchos exámenes en poco tiempo, es útil planificar el día del examen cuidadosamente. ¿Cuándo te levantas y cuándo sale tu autobús? ¿Has cogido uno o más bolígrafos? ¿Y tu calculadora? ¿Tienes tu botella de agua? Además, planifica un merecido descanso después del examen. Cocina algo bueno, ve a ver una película o queda con tus amigos para tomar un helado y, después, acuéstate temprano. Con recompensas tan pequeñas, es mucho más fácil aprender.

7. ¡Sigue adelante!

¡No te rindas! ¡Trata de motivarte con recompensas y descansos y mantente siempre atento a tus objetivos! Recuerda que no estás solo. Tal vez ayude intercambiar ideas con tus compañeros, así te das cuenta de que todo el mundo puede tener un mal día y no siempre se puede estar motivado. Y si todo lo demás falla, tómate un descanso. Es precisamente para esos momentos que se planifica el tiempo de amortiguamiento. Mejor parar y descansar para luego continuar motivado y lleno de energía.

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